Las fuertes lluvias de esta semana han generado una tragedia sin precedentes en el este de España, especialmente en la región de Valencia, donde torrentes de agua y lodo arrasaron casas, negocios y vehículos en cuestión de minutos. Hasta ahora, las autoridades han recuperado 205 cuerpos, de los cuales 202 corresponden a víctimas en Valencia, mientras los equipos de rescate aún buscan personas desaparecidas en Castilla-La Mancha y Andalucía. Este episodio se perfila como la tormenta más letal en la historia reciente de España.
¿Qué desencadenó las inundaciones?
Las lluvias torrenciales concentradas en las cuencas de los ríos Magro, Turia y Poyo provocaron un desbordamiento súbito, sorprendiendo a miles de personas en sus actividades diarias. Muchos regresaban a casa tras la jornada laboral y se encontraron atrapados en sus vehículos o en calles que rápidamente se convirtieron en ríos de barro. En algunas localidades, como Chiva, la cantidad de agua acumulada en ocho horas superó las precipitaciones de los últimos 20 meses, según el servicio meteorológico español, calificando el diluvio de “extraordinario”.
La alerta de emergencia llegó tarde para muchos ciudadanos que ya estaban en la carretera o en zonas bajas. La repentina crecida de los ríos transformó garajes y bajos comerciales en trampas mortales, situación que recuerda otros eventos históricos en España, aunque con una magnitud sin precedentes.
Cambio climático y condiciones meteorológicas extremas
Los científicos han atribuido este tipo de fenómenos a dos factores clave derivados del cambio climático: un aire más cálido, que retiene y libera más agua, y alteraciones en la corriente en chorro que provocan tormentas de larga duración. Estas tormentas, conocidas en España como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), generan lluvias intensas al estacionarse sobre una región durante horas.
Este evento llega tras un verano marcado por temperaturas excepcionalmente altas en el Mediterráneo, con registros de hasta 28.47 grados Celsius en agosto. Según Carola Koenig, experta en resiliencia ante inundaciones de la Universidad Brunel en Londres, las elevadas temperaturas del mar amplifican la probabilidad de tormentas extremas en la región.
Además, los científicos señalan un preocupante patrón de ciclos extremos de sequías prolongadas e inundaciones, lo que aumenta el riesgo de desastres naturales en un clima cada vez más impredecible.
Comparación con desastres históricos en España
Aunque las tormentas otoñales son comunes en el litoral mediterráneo, esta inundación supera a otras tragedias conocidas en la región. Residentes de Paiporta, el epicentro del desastre, señalan que estas lluvias superaron en magnitud a las de 1957, cuando una crecida del río Turia dejó al menos 81 muertos y motivó el desvío del río para proteger Valencia. Durante la década de 1980, también se registraron otras dos DANA importantes, en 1982 y 1987, con alrededor de 30 fallecidos en total.
Crisis humanitaria y tareas de rescate
Tres días después de la catástrofe, los sobrevivientes continúan limpiando gruesas capas de lodo que cubren sus hogares y negocios mientras enfrentan cortes de agua y electricidad. La situación es crítica en las zonas más afectadas, donde el acceso a productos básicos es limitado y los equipos de emergencia trabajan para rescatar cadáveres en vehículos amontonados o encallados en edificios.
Con la previsión de más lluvias en los próximos días, las autoridades y los equipos de rescate están redoblando esfuerzos para encontrar a las personas desaparecidas y evitar una tragedia aún mayor.