Un emocionante empate 2-2 entre las selecciones de México y Brasil encendió el Grupo C del Mundial Sub-20 en Chile. El encuentro, disputado anoche, no solo dejó el marcador igualado, sino que coronó al mediocampista mexicano de 16 años, Gilberto Mora, como la figura indiscutible y una potencial estrella del torneo.

El joven talento de Tijuana, quien apunta a ser el gran descubrimiento de la competición, fue el motor del ataque mexicano y demostró una madurez inusual para su edad frente a uno de los favoritos del campeonato.
El director técnico de México planteó un partido inteligente que sorprendió a la Canarinha. El equipo mexicano se paró con un ordenado 4-4-1-1, cediendo la posesión a Brasil, pero asegurando una mejor colocación en el campo.
La clave ofensiva recayó en la libertad posicional de Gilberto Mora. El joven talento operó como un jugador suelto en el frente de ataque, apareciendo por cualquier sector para generar peligro. En la punta, el delantero de Santos Laguna, Tahiel Jiménez, se mantuvo como la referencia más adelantada.
Esta disposición táctica permitió a México capitalizar sus oportunidades, dejando en claro que su estrategia defensiva está diseñada para el contragolpe quirúrgico.
La noche se tiñó de color tricolor gracias a la irrupción de Mora. El primer tiempo fue testigo de su gran calidad: con una jugada individual espectacular, el joven centrocampista se desmarcó de la defensa brasileña y culminó con un remate preciso que puso el primer gol para México, desatando la euforia en la grada.
Aunque Brasil, con su tradición ofensiva, logró reponerse para igualar y luego adelantarse, el combinado mexicano no bajó los brazos. El segundo tanto azteca, que selló el definitivo 2-2, llegó tras una gran acción colectiva que demostró la ambición del equipo.