El Gobierno de la administración Trump ha intensificado y expandido su campaña contra el narcotráfico marítimo, dirigiendo sus ataques a embarcaciones que, según las autoridades, están involucradas en el tráfico de drogas.

La semana pasada, esta agresiva estrategia antinarcóticos pareció experimentar una significativa expansión geográfica al registrarse ataques contra dos barcos en el este del océano Pacífico
Hasta ahora, la campaña del Gobierno se había enfocado principalmente en el mar Caribe, donde se habían llevado a cabo los ataques anteriores. La operación en el Pacífico oriental marca un claro cambio en el alcance de la ofensiva, indicando que la administración busca interceptar las rutas de la droga en un área operativa más amplia.
Los ataques son parte de un esfuerzo declarado para desmantelar las redes de narcotráfico que utilizan rutas marítimas para mover grandes cargamentos de sustancias ilícitas hacia Norteamérica.
La aceleración de estos ataques subraya la determinación del Gobierno de Trump de utilizar medios más directos y contundentes para combatir el flujo de drogas. Aunque los detalles específicos sobre la naturaleza de los ataques y si hubo incautaciones o detenciones no fueron inmediatamente aclarados, el mensaje es claro: la administración está dispuesta a intervenir agresivamente contra las embarcaciones sospechosas en aguas internacionales.
La ampliación del campo de batalla al Pacífico plantea nuevas consideraciones logísticas y diplomáticas sobre las futuras operaciones contra los supuestos buques de contrabando en una región clave para el tráfico de drogas provenientes de Sudamérica.