Las catastróficas inundaciones en el este y sureste de España, provocadas por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), han dejado un saldo trágico de más de 150 muertos y decenas de desaparecidos, especialmente en la región de Valencia. Los testimonios de los sobrevivientes reflejan la gravedad de un desastre que sorprendió a miles de personas, dejando a su paso destrucción y una ola de desesperación.
“El agua llegó como un tsunami”
Guillermo Serrano Pérez, un joven de 21 años de Paiporta, recuerda la fuerza con la que el agua invadió las calles mientras conducía por la autopista junto a sus padres. “Cuando el agua empezó a subir, llegó como una ola. Fue como un tsunami”, relató al recordar la velocidad con que las lluvias torrenciales inundaron la zona, a pesar de las advertencias meteorológicas emitidas por la agencia Aemet desde horas antes.
A medida que el agua crecía, comunidades enteras fueron afectadas por el desastre. En la localidad de Chiva, las calles se transformaron en ríos arrastrando vehículos, postes de luz y mobiliario urbano. Los servicios de emergencia se desplegaron rápidamente, pero la intensidad del agua dificultó las operaciones de rescate.
Críticas a las advertencias tardías
A pesar de que la Aemet emitió una alerta roja desde las 7:00 am, Protección Civil no envió un aviso generalizado a los residentes de Valencia hasta más de 12 horas después, lo que ha sido duramente criticado por muchos. Algunos habitantes, atrapados en sus casas o en las carreteras, tuvieron que enfrentarse al peligro sin poder refugiarse a tiempo.
Patricia Rodríguez, residente de Sedaví, se encontraba atrapada en el tráfico cuando el agua comenzó a subir rápidamente. “Los coches empezaron a flotar”, dijo, describiendo la escena caótica en la carretera. Logró escapar a pie con la ayuda de otro conductor y vio cómo un joven ponía a salvo a un bebé, mientras ella y otros vecinos buscaban lugares altos para protegerse.
Historias de resistencia y desesperación
Las redes sociales se llenaron de publicaciones y videos que muestran la magnitud de la tragedia. Un video compartido en la plataforma X muestra a ancianos en una residencia en Paiporta atrapados en un comedor, con el agua hasta las rodillas. La historia de Rut Moyano, quien refugió a vecinos en los pisos superiores de su edificio en Benetússer, muestra la desesperación al narrar que un vecino falleció al sufrir un ataque al corazón durante el desastre.
Juliano Sánchez vivió una de las experiencias más estremecedoras al permanecer siete horas agarrado a una palmera, resistiendo la corriente del río para evitar ser arrastrado. “No quería morir”, declaró, aún impactado por la experiencia.
“Todo ocurrió en minutos”: el testimonio de Victoria López
Victoria López, una residente de La Torre en Valencia, describió cómo el agua alcanzó un metro y medio en su calle en cuestión de minutos. Al principio, todo parecía tranquilo, hasta que la intensidad de la lluvia transformó el paisaje en una escena de devastación. “Los coches estaban flotando”, contó. Ella y su familia, a salvo en su apartamento en un quinto piso, acogieron a vecinos que habían perdido sus casas.
La tragedia afectó gravemente a amigos y conocidos de Victoria. “Me siento afortunada”, confesó, reconociendo que muchos lo perdieron todo. En Paiporta, una de las localidades más impactadas, se declaró emergencia humanitaria tras el fallecimiento de al menos 34 personas.
Una tragedia de alcance histórico
Las inundaciones en España han dejado una huella profunda, no solo por la pérdida de vidas, sino también por el impacto emocional en los sobrevivientes. Los testimonios revelan la impotencia y la devastación que sintieron las personas mientras el agua arrasaba con sus comunidades.