Las repentinas y torrenciales lluvias han provocado inundaciones devastadoras en el centro de Texas, dejando un saldo trágico de al menos 82 personas fallecidas, entre ellas 28 menores de edad solo en el condado de Kerr. La situación sigue siendo crítica, con decenas de personas aún desaparecidas en todo el estado, lo que ha llevado al gobernador Greg Abbott a emitir una advertencia sobre la continuidad del peligro en los próximos días debido a la previsión de más lluvias intensas.

Las autoridades se mantienen en alerta máxima, ya que las fuertes precipitaciones podrían generar más inundaciones repentinas en la región de Big Country, el valle de Concho, el centro de Texas y, de nuevo, en la ciudad de Kerrville, la zona más afectada hasta el momento. Kerrville sigue siendo una prioridad absoluta en los esfuerzos de respuesta y rescate.
La tragedia también ha puesto de manifiesto algunas deficiencias en la preparación para emergencias. Registros locales indican que las autoridades del condado de Kerr habían considerado en el pasado la instalación de sirenas de alerta de inundación, un plan que lamentablemente nunca se concretó. Además, si bien el Servicio Meteorológico Nacional emitió numerosas alertas previas a la tormenta, han surgido dudas sobre la dotación de personal de la agencia y su capacidad para contactar eficazmente a los residentes en el momento crítico del desastre.
Mientras Texas se enfrenta a las secuelas de una de las peores inundaciones de su historia reciente, la comunidad se une en el luto y la esperanza de encontrar a los desaparecidos, en medio de la amenaza persistente de más lluvias.