El Proyecto A119 fue una propuesta ultrasecreta de Estados Unidos para detonar una bomba de hidrógeno en la Luna en 1958. Aunque se creía que podría haber ayudado a responder algunas preguntas científicas rudimentarias sobre la Luna, su objetivo principal era una demostración de fuerza, que buscaba mostrarle al mundo, especialmente al Kremlin, la capacidad nuclear de Estados Unidos.
El proyecto fue encabezado por Leonard Reiffel, uno de los principales físicos nucleares de Estados Unidos, quien trabajó con Enrico Fermi, el creador del primer reactor nuclear del mundo. Uno de los científicos que hizo posible este plan fue el futuro visionario Carl Sagan, quien mencionó la existencia del proyecto en una solicitud de ingreso en una universidad de élite.
El objetivo de la explosión era crear un brillante destello de luz que cualquiera, especialmente cualquiera en el Kremlin, pudiera ver a simple vista. La ausencia de atmósfera significaba que no habría una nube nuclear en forma de hongo. El infierno que consumió el cohete Vanguard de Estados Unidos, que buscaba lanzar una “luna artificial”, también se produjo ese mismo año y fue filmado, dando la vuelta al mundo y afectando la percepción del público estadounidense sobre la carrera espacial.
El Proyecto A119 fue descubierto en la década de 1990 porque Sagan lo había mencionado en una solicitud de ingreso en una universidad de élite. Aunque el proyecto nunca se llevó a cabo, la existencia de un plan tan tenebroso plantea preguntas sobre cómo se habría visto la Luna si hubiera sido bombardeada por armas nucleares.