Una operación policial lanzada el martes en varios puntos de Río de Janeiro se ha convertido en la más letal en la historia de la ciudad brasileña, dejando un saldo provisorio y alarmante de al menos 121 muertos, incluyendo cuatro agentes de la fuerza pública. La nueva y trágica cifra fue revelada este miércoles por la Defensoría Pública regional.

La dramática escalada en el número de víctimas salió a la luz después de que habitantes de las favelas afectadas se lanzaran a la desesperada búsqueda de sus familiares desaparecidos. El doloroso rastreo llevó a los residentes a reunir decenas de cuerpos en una plaza, evidenciando la magnitud de la masacre. Los cadáveres encontrados por los familiares, todos de hombres, fueron colocados uno al lado del otro sobre el suelo de una plaza en la favela de la Penha, quedando a la vista de los vecinos, según reportó EFE.
Funcionarios de la Defensoría Pública, la institución encargada de ofrecer asistencia legal gratuita, han estado acompañando las búsquedas desde la madrugada del miércoles en la favela de la Penha, uno de los principales focos de la operación. Además, el organismo está presente en los institutos forenses para supervisar la identificación de los cuerpos.
Testimonios de “Violencia Estatal Nunca Vista”
La Defensoría Pública ha tomado la iniciativa de recabar testimonios de los habitantes y familiares de las víctimas. Este esfuerzo busca “contribuir a la necesaria respuesta institucional ante la violencia estatal nunca vista”, según un comunicado de la entidad. Las declaraciones de los vecinos serán cruciales para entender el desarrollo de los acontecimientos durante el operativo.
Mientras la Defensoría Pública divulgaba la cifra de 121 fallecidos, el gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, ofreció una cifra sensiblemente menor en una rueda de prensa. Castro afirmó que, por el momento, el gobierno tiene constancia de 58 muertos, aunque reconoció que este número “seguro” cambiará, anticipando un aumento en el balance oficial a medida que avance la identificación y el recuento forense. La discrepancia entre las cifras subraya el caos y la complejidad de la situación que se vive en las zonas impactadas por el operativo.
La ciudad de Río de Janeiro se encuentra en estado de conmoción ante lo que ya se considera un hito sangriento en la historia de la seguridad pública del estado, y las miradas se centran ahora en la investigación y la respuesta de las autoridades ante el uso desmedido de la fuerza.