Luego de más de 20 años de haber emigrado a los Estados Unidos, Marina regresó a la casa de su madre, en Durango, y al abrir la puerta encontró un esqueleto.
De inmediato se realizó la llamada de auxilio al 911. Tras el reporte, acudieron elementos de distintas corporaciones de Seguridad, así como personal de la Fiscalía General del Estado, a realizar las diligencias correspondientes.
La dramática escena se vivió este viernes al mediodía, en una casa ubicada en la Cerrada del Pino, del fraccionamiento Ocampo, en la ciudad de Durango.
De acuerdo a la versión de los vecinos, los restos óseos pertenecen a la señora María Teresa Rivas Zapata, de quien no sabían nada desde hace dos años y de quien pensaron que sus hijas se la habrían llevado a los Estados Unidos.
Fue personal de Servicios Periciales, quien hizo el trabajo de campo y una vez levantadas las evidencias y luego de que el Ministerio Público diera fe, se ordenó el traslado de los restos humanos a las instalaciones del Servicio Médico Forense para los estudios forenses.