Investigadores del Departamento de Patología del Centro Beth Israel Deaconess de la Universidad de Harvard han descubierto que un antiguo antibiótico, la nourseotricina, podría ofrecer una nueva esperanza en la lucha contra las infecciones bacterianas multirresistentes, una de las principales amenazas para la salud pública actualmente.
El equipo, liderado por James Kirby de la Facultad de Medicina de Harvard, publicó sus hallazgos en la revista de acceso abierto PLOS Biology. La nourseotricina es un producto natural fabricado por un hongo del suelo y contiene múltiples formas de una molécula compleja llamada estreptotricina.
Descubierto en la década de 1940, este antibiótico generó grandes expectativas como un potente agente contra las bacterias Gram negativas, que son especialmente difíciles de tratar debido a su gruesa capa protectora externa. Sin embargo, se descubrió que la nourseotricina era tóxica para los riñones, lo que llevó a su abandono en su desarrollo.
A medida que aumentan las infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos, los científicos han vuelto a investigar la nourseotricina en busca de nuevas soluciones. Estudios más recientes han demostrado que diferentes formas de estreptotricina tienen diferentes toxicidades. La forma estreptotricina-F, en particular, es menos tóxica pero sigue siendo efectiva contra los patógenos multirresistentes actuales.
En su investigación, los científicos caracterizaron la acción antibacteriana, la toxicidad renal y el mecanismo de acción de dos formas altamente purificadas de estreptotricinas, la D y la F. La forma D resultó más potente contra bacterias resistentes a los fármacos, pero también más tóxica para los riñones. Ambas formas demostraron ser selectivas contra las bacterias Gram negativas.
Utilizando criomicroscopía electrónica, los investigadores descubrieron que la estreptotricina-F se une a una subunidad del ribosoma bacteriano, lo que provoca errores de traducción en las bacterias objetivo. Este mecanismo de acción es diferente al de otros antibióticos conocidos.
El equipo continúa investigando el mecanismo de acción de la nourseotricina en colaboración con la Universidad Northwestern y el Centro Médico de la Universidad Case Western Reserve. Los científicos creen que este descubrimiento merece una exploración más profunda como posible terapia para el tratamiento de patógenos multirresistentes.
La resistencia a los antibióticos es una de las principales preocupaciones de salud pública, ya que compromete nuestra capacidad para tratar infecciones comunes en el futuro. La Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre la rápida propagación de bacterias multirresistentes, también conocidas como “superbacterias”, que no responden a los tratamientos antimicrobianos existentes.
La falta de inversión en investigación y desarrollo de nuevos fármacos ha contribuido a esta problemática. Según un informe de la OMS, se han identificado