-La oposición denuncia que la reforma de la supremacía constitucional es el inicio de una dictadura por parte de Morena-
Nacional.- El Senado aprobó en fast track, tanto en lo general como en lo particular, la llamada “supremacía constitucional” en medio de una sesión marcada por el caos y fuertes acusaciones de la oposición. Con 85 votos a favor y 41 en contra, se blindaron los cambios constitucionales para hacer improcedentes los juicios de amparo, las acciones de inconstitucionalidad y las controversias constitucionales contra modificaciones o adiciones a la Constitución Política.
Legisladores del PAN tomaron la tribuna con pancartas que decían “No a la dictadura en México” y “Morena es la dictadura de México”, en protesta por la aprobación de la supremacía constitucional. En contraste, los senadores de Morena mostraron carteles con logos del PAN y del PRI con la frase “La oposición moralmente derrotada”.
La reforma de la supremacía constitucional fue aprobada tras una larga jornada con triple sesión en la Cámara Alta, en tiempo récord. El martes, senadores y diputados de Morena habían presentado la iniciativa que impide a la Suprema Corte de Justicia y a los tribunales revisar las reformas a la Constitución, y apenas dos días después fue aprobada en medio de controversias.
Con esta aprobación, los senadores de Morena y sus aliados elevaron a rango constitucional la improcedencia del amparo contra cambios a la Constitución. El objetivo es impedir que reformas constitucionales queden congeladas por controversias o acciones de inconstitucionalidad ante el Poder Judicial de la Federación, consolidando así la supremacía constitucional.
Tras la aprobación de la supremacía constitucional, la minuta fue enviada a la Cámara de Diputados para continuar el trámite legislativo. La oposición denuncia que esta reforma es el inicio de la instauración de una dictadura en México por parte de Morena, al considerar que limita los contrapesos y mecanismos de control constitucional.
La discusión sobre la supremacía constitucional ha generado un intenso debate político en el país. Mientras Morena defiende la reforma como un fortalecimiento del orden constitucional, la oposición la ve como un intento de concentrar el poder y debilitar la división de poderes.