-Una sola bala fue suficiente para escribir el destino de Estados Unidos los próximos años-
Es una obviedad decir que no hay país más central en nuestra política exterior que Estados Unidos. Por ello, cualquier acontecimiento en el corazón del imperio nos afecta directamente, especialmente un evento tan trascendental como el atentado contra Donald Trump.
El candidato republicano se encontraba en Pensilvania, en medio de un mitin, cuando se escucharon cinco detonaciones. Dos de los disparos le impactaron: uno en el pecho, que estaba protegido por un chaleco antibalas, y otro que le lastimó la oreja.
Donald Trump ascendió a estatus de “Capitán América”
Ciertamente, la fotografía de Trump levantando el brazo, sangrando, protegido por el Servicio Secreto bajo una bandera estadounidense se convirtió instantáneamente en un estandarte para la causa trumpista. Este evento marcará las elecciones de forma profunda, consolidando la imagen de Trump como un hombre fuerte, frente a un Biden percibido como un anciano senil y decrépito. Para muchos analistas, este atentado prácticamente garantiza el triunfo electoral del empresario.
De igual manera, esto agudizará la polarización existente en Estados Unidos. Los bloques demócrata y republicano tienen diferencias irreconciliables, y esto no hará más que avivar las llamas de la conocida “guerra cultural”. El atentado alimentará diversas teorías de conspiración, tanto de los partidarios como de los detractores de Trump. Las acusaciones de autoatentado y las afirmaciones sobre un “estado profundo” que intenta detener a Trump son reflejo de la desconfianza generalizada en las instituciones y en la narrativa oficial. Esto podría tener efectos desestabilizadores adicionales, erosionando aún más la confianza en el sistema político y en los medios de comunicación.
Polarización extrema en Estados Unidos, el combustible de la crisis social
Realmente, lo extraño es que un ataque como este no hubiese pasado antes, considerando la crisis social que atraviesa Estados Unidos y el hecho de que en dicho país es infinitamente más fácil que una persona consiga un rifle de asalto que atención médica.
Una posible victoria de Trump podría tener implicaciones significativas para la política exterior de Estados Unidos. Su preferencia por atraer a Rusia a la esfera de influencia occidental en lugar de confrontarla puede alterar las dinámicas geopolíticas actuales, especialmente en relación con China. Esto representaría un cambio estratégico que podría redefinir alianzas y enemistades en el escenario global. Estas son malas noticias para Kiev.
Por otra parte, este suceso puede conferir a Trump un nuevo nivel de legitimidad y apoyo popular, lo que le permitiría avanzar con mayor fuerza en su agenda política, particularmente en temas de inmigración. Su capacidad para canalizar el apoyo popular y convertirlo en impulso legislativo y ejecutivo podría consolidar aún más su influencia y la de su sector dentro del Partido Republicano.
La diferenciación entre las élites que apoyan a Biden (financieras y tecnológicas) y las que apoyan a Trump (industriales) subraya las tensiones económicas subyacentes en la política estadounidense. Una victoria de Trump podría consolidar el poder político de las industrias tradicionales, lo que tendría implicaciones para la política económica, regulaciones y prioridades gubernamentales.
Sea como sea, una bala de menos de 4 gramos acaba de escribir un capítulo importantísimo en la historia de Estados Unidos.